Yo, Criterio Por Diego Valbuena
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Diego Valbuena
¡Qué bellos tiempos los que estamos viviendo! Lo digo en serio. Más allá de las dificultades sociales, medioambientales y de salud vividas en los últimos años, este siglo me parece que se ha caracterizado por la convulsión, por la agitación, por la extrema velocidad con la que estamos comunicando y transmitiendo nuestras ideas. ¿Cuándo se habían generado discusiones en tal escala y tamaño sobre temas políticos, sociales, culturales como sucede hoy en día en las redes sociales? Intuyo que nunca antes habían sido escuchadas tantas opiniones y habían sido tenidas en cuenta. No hay que negar que es definitivamente un cambio respecto de los siglos anteriores y eso lo tenemos que celebrar. Otra discusión será el contenido de lo que se dice. Y sobre ello quiero hablar hoy.
Dentro de estas posibilidades de interacción, de circulación de la información y del conocimiento, tengo la posibilidad de ver y escuchar los videos de un artista como Antonio García Villarán. Además de exponer su punto de vista sobre el arte actual, también ha hecho videos hablando de algunos artistas famosos y reconocidos, dando su punto de vista sobre la calidad, el impacto, la técnica y así varios aspectos. Creo que esta es una gran labor para el campo de las artes plásticas, ya que lo que antes encontrábamos exclusivamente en los libros -pensemos en libros ilustrados de autores, en recopilaciones de museos, en libros de crítica- ahora podemos acceder a esta información desde un punto de vista a través de plataformas como YouTube y trabajo audiovisual como el de García Villarán. Y me interesa particularmente traer a colación a este youtuber porque El Algoritmo me ha recomendado un par de videos suyos que plasman la discusión que ha generado con otro artista español, a saber, Eugenio Ampudia. En estos videos encontrarán la síntesis de la discusión. En esencia, se está discutiendo el concepto de lo que es arte.
¿Esto qué tiene que ver con la literatura? Permítanme presentarles mi pequeña digresión que nos terminará llevando al campo de las letras. Eugenio Ampudia se presenta a sí mismo como un artista conceptual, que ha realizado una gran cantidad de obras y varias de ellas han obtenido premios y reconocimientos. Además, varias entidades privadas han acogido, recibido, adquirido algunas piezas de sus obras y, por otro lado, otras tantas han sido expuestas en galerías reconocidas. En contraparte, García Villarán considera que lo que hace este artista es hamparte, un concepto que quiere unir dos conceptos que, al parecer son opuestos: hampa y arte. Cabe recordar que este concepto ha sido acuñado originalmente por García Villarán. La pregunta fundamental en este punto es: ¿quién tiene la razón?
¿Es Eugenio Ampudia un artista? ¿Lo que hace es hamparte? ¿El hamparte sigue siendo arte? Y surgen así otras preguntas: ¿qué o quién define lo que es arte? ¿Cómo se cualifica una obra de arte? Obviamente yo no daré respuesta a estas preguntas. No soy artista plástico. Soy un aficionado a la literatura y a los youtubers. Lo que sí quiero resaltar en todo esto es que García Villarán se ampara del concepto que ha creado para señalar aquello que para él no es arte o que al menos carece de ciertos elementos artísticos tales como talento, creatividad u originalidad. Pero también aparece en su discurso que este hamparte está siendo adquirido por museos, galerías y coleccionistas por valores descomunales. Me parece emocionante y apasionante esta discusión ya que nos lleva a pensar en algo que le hace mucha falta a todos los campos de las artes en el siglo XXI: los criterios. Para yo poder tomar una posición o un punto de vista en relación a un objeto artístico, requiero de algún criterio como punto de partida para ello. Eso nos lo ha demostrado García Villarán -más allá de que estemos o no de acuerdo con su criterio-. Esta discusión se extiendo hoy en día gracias a la masificación de las Inteligencias Artificiales que están siendo usadas y alimentadas para la creación de imágenes. Ahora bien, ¿todo esto cómo afecta a la literatura?
Es curioso ver en el campo de la literatura que los criterios de valoración de una obra siguen siendo, la inmensa mayoría de ellos, producto del siglo XX. Se sigue hablando de posestructuralismo como si hubiera surgido hace 10 años, se evoca constantemente al formalismo ruso y a posturas y creaciones conceptuales que perfectamente pueden tener 100 años o más. ¿Por qué pasa eso en la literatura? ¿Por qué la literatura está marginada de estas discusiones contemporáneas sobre el arte? ¿Es que acaso la literatura no es considerada arte? ¿Es un arte excepcional? Algo que dice García Villarán en sus videos es que parte del criterio contemporáneo de valoración de las obras plásticas está dado bien sea por el valor monetario que se les atribuye o bien por la cantidad de premios que acumula. Para el caso de la música hoy en día se podría medir en cantidad de reproducciones en alguna plataforma. Los criterios, en este orden, para la literatura están en la cantidad de ejemplares impresos y la cantidad de premios obtenidos. Pero, ¿son esos criterios para establecer si un cuento, una novela o un poemario son arte? ¿Se hace eso actualmente? Al parecer, los criterios de calidad de una obra literaria están preestablecidos a través de las editoriales y las librerías. Si lo publica tal editorial o lo vende tal librería es porque ese libro debe ser leído. Todo lo demás, quizás, no tenga suficiente valor de lectura y, por ende, valor artístico. Es la misma lógica que en las artes plásticas: si está en una galería o un museo es porque debe ser apreciada y adquirida. Lo demás es cuestionable.
Para no extenderme en esta digresión, quiero terminar diciendo que algo que hace falta por lo menos en el campo de la literatura son los críticos literarios. El siglo XX produjo una gran cantidad de críticos literarios -nuestras tierras dieron a alguien como Rafael Guitiérrez Girardot o el mismo Germán Arciniegas y acogieron a críticas como Marta Traba- pero el siglo XXI eliminó esta figura en favor de la opinión de la mayoría que circula en redes sociales, o en el mejor de los casos, en el influencer de moda. El espacio del crítico literario está siendo ocupado, de cierta manera, por los booktubers que, como todo en nuestra contemporaneidad, están atados a lo que las dos grandes editoriales les envíen a manera de promoción gratuita de sus más recientes lanzamientos o lo que puedan adquirir por sus propios medios. ¿Cuáles son los criterios que están estableciendo los booktubers para valorar las obras literarias que presentan o analizan? ¿Discuten los booktubers sobre el concepto de arte en la literatura? ¿Qué criterios tenemos como lectores? Como siempre, son más las preguntas que las respuestas. Este análisis y rastreo es una tarea que tenemos que hacer los que nos apasiona este mundo de la literatura.
Diego Valbuena (Bogotá, 1977). Magíster en Comunicación Educación de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Cuentista aficionado. Lector apasionado. Ganador del Premio Distrital de Cuento Ciudad de Bogotá en 2014. Escribe ocasionalmente en Palabras Flotantes. Director del Colectivo No Escritores. Coordinador del club de lectura Un Mundo Feliz, adscrito a la Red Relata del Ministerio de Cultura.